TORMENTA
Con el sol se fue un día más.
Y el guri arrancó para el pueblo.
Al rato empezó.
Empezó de a poco, como suele ser.
Relámpagos, truenos, algún rayo allá lejos.
La sierra temblaba, él temblaba.
Le había pedido que volviera temprano, pero los gurises son así.
No dan bolilla.
Agua y agua.
A baldes.
Viento, mucho viento.
Se sentía alguna rama caer cerca del rancho, pero él no se inmutaba.
El rancho se arregla.
Gurí de mierda.
Dónde se había metido?
Pa peor se había cortado la luz al primer trueno.
Le dolían los ojos de mirar para afuera a través de la cortina de agua.
Pero recién lo vio a la madrugada, cuando empezó a clarear.
Con el sol lo vio...
