Iba distraído, mirando para afuera, yo.
Iba mirando por la ventanilla del ómnibus. La gente, los autos, las vidrieras, los techos de las paradas llenos de mugre, algunos con pasto creciendo arriba.
Iba pensando en otra cosa, yo.
Cuando lo vi.
De lejos lo vi.
Iba mirando su celular, con sus lentes casi redondos, su pelo de colores, su traje y su corbata.
Iba pensando en quién sabe qué, comunicándose con sus amigos, tal vez.
Iba cargando su mochila, llena de cosas para ir al gimnasio, llena de sueños, llena de proyectos.
Iba pensando en su futuro, supongo. Iba disfrutando de su presente, espero.
De lejos lo vi.
Vi su mechón, sus lentes, su extraño nudo en la corbata, su barbita incipiente, sus zapatos en punta.
Vi sus miedos, sus alegrías, sus fortalezas, su confianza creciendo.
Vi sus cachetes gorditos, su coraje, su rebeldía.
Lo vi abrazado a una gallina, corriendo desnudo por el fondo, y también lo vi subiéndose a la azotea, disfrazado de Hombre Araña.
Y lo vi de pantuflas, jugando a los detectives.
Lo vi aprendiendo a andar en bicicleta, junto a su hermano mayor.
Lo vi caminando siempre, sin detenerse nunca.
De lejos lo vi.
Iba distraído mirando para afuera yo, cuando lo vi.
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