- Tal vez mañana-piensa el viejo ignorando su propia ansiedad. Acomoda la bombilla, ceba con calma, mira el mar allá lejos, chupa despacio, saboreando el mate de la mañana.
El perro negro y sucio da vueltas por la huerta abandonada, persiguiendo las últimas gallinas que sobreviven.
Desde que tomó la decisión de irse, está rumiando la situación: sólo, viejo, y abandonado. Con la única compañía del perro, que estaría mejor con los gurises de al lado.
Tiene todo pronto: el bote, los remos, la tarrina con yerba, la calderita tropera, el brasero, agua dulce, y algunas galletas.
Tendrá que esperar. Cuando cambie el viento empezará su último viaje.
Tal vez mañana...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje aquí su comentario. Gracias