sábado, 19 de marzo de 2022

VIDA CONYUGAL



Este año comenzó mal. O bastante mal. O por lo menos no tan bien como él hubiera deseado. Una porquería, en realidad.
 Disputas, riñas, egos agrandados. No sirvieron de nada los pedidos de disculpas, las lágrimas, los arrepentimientos. 
-De eso siempre hubo, y nunca sirvió de nada-pensó él. Era más de lo mismo.
Ella aseguraba que estaba todo bien, que no pasaba nada, que solamente era cuestión de replantearse un poco la relación. Nada más.
-Me pide tiempo y espacio. Debe estar calculando la velocidad-bromeó él para sí mismo. No pensaba dirigirle la palabra. No por ahora. 
El, que ladraba más que hablar, seguía siendo el mismo de siempre. Gruñón y llorón. 
-No pasa nada, amor. Yo necesito mover un poco la cabeza, nada más. No te preocupes-dijo ella
El no le creyó. Y por las dudas, no la desató.

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