Vamo arriba, Naso!! Dale suave!!
Cuando lo conocí era zapatero, y vivía en un rancho de cartón asfaltado.
Pero también supo ser actor, carpintero, artesano, pescador, hippie, anarco, bohemio, constructor, modelo, y quién sabe cuántas cosas más...
Le tocó la difícil tarea de acompañar la adolescencia de Andrés, y supongo que hizo lo que creyó correcto. Aunque no me gustara, aunque yo no estuviera de acuerdo, aunque mi madre se enojara.
Gran mentiroso, como todo pescador. Lleno de proyectos que quedaban a mitad de camino.
Siempre hizo lo que quiso. Desde hacer un bote de fibra de vidrio, plantar maconha de canuto entre las cañas, hacer una huerta, vivir en una Onda, pescar embarcado, tener un caballo, vender calderines...
Yo solía pasar, camino a mi rancho, en la moto. Siempre paraba un rato en lo del Naso. Conversábamos un rato, o me ponía a laburar, o subíamos el cerro y teníamos largas conversaciones sobre universos paralelos, física cuántica, ovnis, política, ecología y lo que pintara.
Siempre se despedía igual: Vamo arriba, bo! Dale suave!
Tuvo suerte de sanar su relación con Andrés, de perdonar y ser perdonado.
Y no nos dejó llorar. Nada de lágrimas.
Se fue tranquilo, haciendo bromas hasta último momento. Riéndose de sus pañales...
Lo último que me dijo, ya yéndose fue:
-No entiendo nada, Turco... Qué karma estoy pagando? Tanta cagada hice?
No supe qué decirle... sólo que se quedara tranquilo, que cagadas hemos hecho todos...
Vamo arriba, Naso!!Dale suave!! Hasta siempre.!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje aquí su comentario. Gracias