Pero mirá dónde te vengo a encontrar, Flaco!! Tanto tiempo!! Cuánto hace de tu accidente, loco? Un par de años, ya. No? Qué increíble!! Vos sabes cómo llegué acá? No vas a poder creer. Si te lo cuento te caes de culo. Vos me tomabas el pelo siempre. Que quería ser como vos, que te tenía envidia. Que no sé qué y no sé cuánto. Te digo la verdad? En lo único que te envidiaba era con las minas. Siempre fuiste mucho más ganador que yo. Eso te lo reconozco. Pero en lo demás, no. Yo siempre fui mucho mejor para los fierros. A mí no me vengas!! Bueno, pero te cuento cómo llegué acá. Vos te acordás de mi suegro, no? Si lo habrás visto al viejo!! Era un capo con los fierros. Yo todo lo que sabía lo había aprendido con él. El viejo era de pocas palabras, pero me dejaba darle una mano en el taller, con sus cosas. Y siempre tuvo moto el viejo. Una vuelta se había comprado una Indian con sidecar. Era un show verlo paseando con mi suegra por la rambla.! La gente se daba vuelta para mirarlos. Tuvo de todo, yo creo. Royal Enfield, Indian, Harley, Susuki, Honda... Yo que sé. Menos chinas, tuvo de todo. Y la última que tuvo es la razón por la que estoy acá conversando contigo después de tanto tiempo. Mira, era un Zundapp KS 600 cc, del 41. Alemana. No sabés cómo estaba, Flaco!! Era un fierro!! Vos no llegaste a conocerla, creo. Un caño!! El viejo le había hecho el tapizado del asiento, los carenados, el escape, todo nuevo. Divina estaba la moto. Hermosa. Y cuando terminó de hacerle todo eso, el tipo va y se muere. Podés creer? Un infarto. Pobre loco. Yo lo apreciaba mucho. Un loco grandote, lomudo, muy callado. Yo lo admiraba, aunque nunca se lo dije. Siempre fui así yo, medio quedado, no? Decime la verdad. Y bueno, lo de siempre. Viste? Velorio, acompañar unos días a mi suegra, aguantarle la cabeza. Y a la patrona también, obvio. Viste como es. Y un día fuimos con aquella, sacamos ropa del hombre, libros, esas cosas. Regalamos algunas cosas, tiramos otras. Aquella se quería quedar con todo, viste como es de acumuladora. Pero bueno. Y cuando terminamos con la ropa y eso, va mi suegra y dice: -Bueno, ahora vamos para el galpón, a ver qué hay. Ahí entraba sólo él. No sabe lo que era eso!! El paraíso!!! Bueno, vos sabés mejor que yo lo que es el paraíso!! Jajaja! No te voy a venir a contar yo!! Pero ta, para mi eso era el paraíso hasta ese momento. Herramientas, las que quisieras. De todo. Motosierra, circular, garlopa, torno, amoladoras, cajas enteras de llaves fijas, de todo! Y allá en el fondo, tapada con una lona verde, la moto. Fue verla, y me salió del alma, viste? No me pude callar. Y la encaré a la doña: -Suegra, qué va a hacer con la moto? A mi me gustaría heredarla, si a usted no le molesta. -No, no, no. Esa moto es muy grande para vos. No vas a poder ni prenderla. Es impresionante lo que debe pesar. Ni se te ocurra. La vamos a vender. Ya tengo un interesado. Viste como era mi suegra, no? Siempre igual. Buena gente, pero tenía esas cosas. Y bueno, al otro día esperé a que las mujeres se fueran a hacer unos mandados. A visitar a unas tías viejas, creo. No sé. Y tá. No me aguanté. Era ahí o nunca. La llave estaba colgadita en el tablero de las herramientas, al lado de los destornilladores. Y tá. Le saqué la lona y se me piantó un lagrimón. Me vinieron como ganas de acariciarla, viste? El tanque, los carenados, el escape, el asiento. Por supuesto que no tenía arranque eléctrico, así que tuve que afirmarme en la pata. Pero estaba suavecita. Vos sabés que fue tocarla y quedó cantando la loca. Impresionante. Una música para mis oídos. Divino como roncaba. Lo que no encontré por ningún lado fue el casco, y no quería perder mucho tiempo tampoco. Así que me trepé y arranqué para la rambla costanera. No sabés como caminaba la hija de puta!!! No sabés, Flaco!! Increíble. Más para ser un fierro tan antiguo, no? Fijate que era del 41. Original. Y vos sabés que la exigí y respondió la loca. Viste cuando parece que te piden más? Bueno, así. 80, 100, 120 y seguía respondiendo. Impresionante. Me acordé tanto de las salidas que hacíamos con aquellos. La sensación de libertad, el viento en la cara. Vos sabés bien de qué te hablo. Te acordás de cuando fuimos a aquel parque, y armamos bruto festival de Heavy Metal después? Y cuando hicimos toda la ruta 26 con el Carlitos? Vos en la Honda, aquel con la Susuki y yo con la Virago aquella que tenía. Me acordé de eso. De una cantidad de salidas. Con lluvia, con frío. No nos paraba nada en esa época. Eramos jóvenes, Flaco. Mirá, en un momento me acordé de tu accidente y todo, sabés? Pero mirá qué loco. No fue en cualquier momento, no. Justo en el momento en que se me cruza el camión me vengo a acordar de vos. Podés creer? Fue un instante. Me acordé de ese momento en que ibamos con el Mario y vos te diste contra aquella columna de luz. Y aquí estoy, conversando contigo. Qué loco, no? Nunca pensé que al final, iba a ser como vos. Justo al final
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