jueves, 24 de agosto de 2017

UNA HORA Y PICO

UNA HORA Y PICO





JULIO PERERA LOPEZ·SÁBADO, 10 DE DICIEMBRE DE 2016


Cuando dió el primer paso ya empezó a dudar. Se había anotado por casualidad. Y porque era gratis... Pero no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo. Hacía mucho que no corría. Estaba para otra cosa. Pero bueno. Sergio le dijo, el Corcho le dió manija, y tá . Como de casualidad, cuando quizo acordar se encontró anotado. Y fue.
Esperaba encontrar caras conocidas, olor a linimento, alguna camiseta de aquellos tiempos. Pero no. Lo primero que le llamó la atención fue la gente sacando “selfies”. Antes no pasaba eso. O si? A lo sumo andaba el Pollito con su infaltable cámara fotográfica. Y vio muchos accesorios nuevos: portacelulares, portabotellas, ropa cara, cosas raras...
Y después se dio cuenta de que estaba sólo. Cosa rara. No recordaba otra carrera así. Tal vez la primera, hace mucho tiempo. Sus primeros 5k, del CERMU.
Cuando iba por el repecho de Coimbra empezó a extrañar... No estaba Edward, su capitán, para aconsejarlo y arengarlo, ni el Negro Muniz, ni Machadito que siempre dice que “el cuerpo tiene memoria”, ni su amigo Roberto, que de correr sabe mucho...
No se escuchaban palabras de aliento, ni gritos de Vamo el Prado, eh!!!!
Al que no extrañó fue a Ruben, pero se acordó de que llevó su reloj a correr la Maratón de Buenos Aires...Se acordó de Riverito, de Mercedes, de Oscar y su super reloj, de Robertito, de los Segovia, de Willian, de Carlos, de Daniel, de los Delgado, de Egar.
Se acordó de que cuando empezó a correr le gustaba porque era un deporte “solitario”. Si. Pero le gustaban aquellas carreras en pueblos del interior. Aquellos madrugones para ir a correr a Tala, a Toledo, a Mercedes, a Valizas...Eso pensó mientras corría. Sólo entre otras 3500 personas.
En eso estaba cuando vio que iba atrás del que llevaba la bandera de los 70´, con lo cual inmediatamente se sintió una vieja. Y además cansada. -Qué hago acá? se preguntó..
El que lo sacó de su estado de meditación profunda fué el Negro Luciaro.
-Turco!!! Vamo arriba, Turco!!!!
La primera y única cara conocida. Que grande el Morocho. Pero fue suficiente para que levantara la cabeza y empezara a disfrutar. Después vino el repecho del Buceo, y el sol empezó a bajar. Se dio cuenta de que tenía que relajarse. Si. Ya estaba medio viejo y medio flaco. Y qué? No tenía que demostrar nada. Sólo disfrutarlo. Sentir el cansancio. El placer de tirarse agua fría en la cabeza. Sufrir cada repecho y gozar de cada bajada. Alentar y ser alentado. De eso se trata correr. De eso se trató siempre.
Gracias, Edward Arap; Luis Muniz; Pablo Machado Coedo; Roberto Justo Gonzalez; Roberto Chavez Reisch; Rodolfo Luciaro Alvez; Mercedes De Camilli; Oscar Cor; Marcos Medina, Daniel Pereyra; Egar Andrés Fernández Sandoval; Damian Delgado; Alfredo Delgado; Fernando Vega Monti; Sergio Martinez; Willian Guillinea; Carlos Barreto, por ser parte de esta historia.

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