Algo está sucediendo con el flaco, me parece.
Debe andar en algo raro. No sé. No me da bolilla.
Antes no pasaban un par de noches sin que me tocara. Lo juro.
A veces apasionadamente, casi lujurioso, pasaba horas conmigo. Más de dos veces amanecimos juntos, desvelados.
A veces con desgano, como por cumplir.
Pero era nuestro espacio, nuestro tiempo, nuestro ritual.
Ahora hace tiempo que no pasa por mi.
Yo estoy ahí, esperando, agitada, dispuesta. A veces en el suelo, a sus pies. No me avergüenza confesarlo.
Lo necesito. Es la razón de que yo esté aquí, con él.
Casi diría que es la razón por la que existo.
No sé cuánto tiempo más resistiré así, sin sentir sus manos grandes, a veces sus lágrimas sobre mí, el suave trazo de su bolígrafo sobre mí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje aquí su comentario. Gracias